¿Qué aceites esenciales son buenos para la gripe?

La gripe es una enfermedad respiratoria contagiosa que afecta la nariz, la garganta y los pulmones. En algunos casos, puede poner en peligro la vida.

Los virus de la gripe cambian constantemente, lo que puede dificultar su tratamiento. Los medicamentos pueden ayudar a aliviar los síntomas y algunas personas también prueban terapias alternativas, como los aceites esenciales.

Sin embargo, no hay evidencia que sugiera que los aceites esenciales puedan tratar o curar los síntomas de la gripe o los de otros virus, incluidos los coronavirus. Tampoco evitarán que un virus se vuelva más grave.

Dicho esto, algunas personas con síntomas leves pueden encontrar que los aceites esenciales les ayudan a sentirse mejor.

Los mejores aceites esenciales para los síntomas de la gripe

Algunos aceites esenciales, incluido el aceite de eucalipto, pueden ayudar a combatir o prevenir la gripe.

Algunos investigadores han analizado cómo los ingredientes de los aceites esenciales podrían afectar los diferentes tipos de virus de la gripe. Los ingredientes de los siguientes aceites esenciales han mostrado cierta actividad antiviral:

-Aceite de bergamota

-Aceite de eucalipto

-Tomillo rojo

-Hoja de canela

El aceite de árbol de té también puede tener propiedades antivirales si una persona lo incorpora a los sistemas de filtrado de aire, sugieren algunos científicos.

Además, el toronjil puede contener ingredientes que podrían ayudar a prevenir la reproducción de un tipo de virus de la gripe aviar, según un estudio de laboratorio.

Los resultados de otro estudio de laboratorio sugieren que una mezcla comercial de aceites esenciales podría ayudar a reducir la actividad de un tipo de virus de la gripe.

Sin embargo, estos hallazgos no confirman que ningún aceite esencial pueda curar o tratar la gripe o cualquier otro tipo de virus.

gripe en jovenes

Cómo utilizar

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) no regula los aceites esenciales ni su uso. Por esta razón, las personas siempre deben comprarlos de fuentes confiables y usarlos con precaución.

Hay dos métodos básicos para usar los aceites esenciales: aplicación sobre la piel e inhalación.

Al aplicar un aceite esencial en la piel, siempre mézclalo con un aceite portador de antemano. Algunos ejemplos de aceites portadores incluyen aceite de jojoba, aceite de oliva y aceite de nueces.

Después de diluir un aceite esencial, una persona puede aplicarlo sobre la piel o agregarlo a lociones y productos de baño.

Para la terapia de inhalación, deje flotar los aceites esenciales en agua caliente e inhala los vapores, o usa un difusor de habitación. La inhalación de eucalipto puede ayudar a aliviar la congestión.

Nunca es seguro consumir aceites esenciales y los niños no deben usarlos de ninguna manera. Es mejor consultar a un médico antes de usar aceites esenciales para cualquier propósito médico. Usa un termómetro digital para medir tu temperatura y puedas acudir al médico.

Riesgos

El hecho de que los aceites esenciales sean productos naturales no significa que sean inofensivos. Al igual que los medicamentos, pueden causar efectos secundarios graves si una persona los usa de manera incorrecta o en cantidades excesivas.

Algunos peligros potenciales asociados con los aceites esenciales incluyen:

Irritación de la piel o las membranas mucosas

Los bebés, los niños pequeños, los adultos mayores y las personas con piel sensible pueden tener más probabilidades de experimentar problemas en la piel como resultado del uso de aceites esenciales

Tóxicos

Nunca ingiera un aceite esencial, ya que puede ser tóxico.

Interacciones de medicamentos y suplementos:

Los aceites esenciales pueden interactuar con los medicamentos recetados y los suplementos, por lo que siempre es una buena idea hablar con un médico antes de usarlos.

Fotosensibilidad:

Algunos aceites esenciales, como la bergamota, hacen que la piel sea más sensible a la luz solar. Esto podría provocar quemaduras solares graves si una persona se expone a la luz solar o a una cabina de bronceado dentro de las 24 horas posteriores al tratamiento.