¿Qué son los triazoles?

Los antifúngicos azoles se pueden dividir en dos clases principales: imidazoles y triazoles.

Estas dos clases difieren en función del número de nitrógenos en el anillo de azol, lo que da como resultado diferentes afinidades de unión para el sistema enzimático del citocromo.

Los imidazoles, con la excepción del ketoconazol, se usan principalmente para infecciones fúngicas superficiales. Los triazoles se usan más comúnmente para las infecciones fúngicas invasivas y se pueden clasificar además en triazoles de primera generación (p. ej., fluconazol, itraconazol 100 mg cápsulas) y de segunda generación (p. ej., voriconazol, posaconazol y ravuconazol).

La eficacia puede depender de la consecución de las concentraciones plasmáticas mínimas eficaces.

¿Cómo actúan en contra de las infecciones fúngicas?

Los antifúngicos triazoles inhiben la enzima lanosterol 14-alfa-desmetilasa dependiente del citocromo P-450. Esta enzima es necesaria para la conversión de lanosterol a ergosterol que es un componente esencial de la membrana celular de los hongos.

La interrupción de la síntesis de ergosterol conduce al daño de la membrana celular al aumentar su permeabilidad. El aumento de la permeabilidad de la membrana celular de los hongos da como resultado la lisis y muerte celular.

La enfermedad fúngica invasiva continúa siendo un problema asociado con una morbilidad significativa y una alta mortalidad en individuos inmunocomprometidos y, en menor medida, inmunocompetentes.

Los antifúngicos triazoles han surgido como fármacos de primera línea para el tratamiento y la profilaxis de muchas micosis sistémicas.

¿Qué tipos de triazoles existen y en qué se emplean?

Algunos de los triazoles más comunes que se utilizan para combatir las infecciones por hongos son:

Fluconazol

El fluconazol juega un papel excelente en la profilaxis, la terapia empírica y el tratamiento de infecciones fúngicas por levaduras tanto superficiales como invasivas.

Voriconazol

Voriconazol está fuertemente recomendado para la aspergilosis pulmonar invasiva.

Posaconazol

Posaconazol muestra un espectro de actividad muy amplio y sus principales indicaciones clínicas son como terapia de rescate para pacientes con aspergilosis invasiva y profilaxis para pacientes con neutropenia y receptores de trasplante de células madre hematopoyéticas.

Itraconazol

Itraconazol (100 mg cápsulas, en su presentación más común) también tiene un papel en el tratamiento de infecciones fúngicas de la piel y las uñas, así como hongos dematiáceos y micosis endémicas.

El fluconazol y el voriconazol se absorben bien y muestran una alta biodisponibilidad oral, mientras que la biodisponibilidad oral de itraconazol y posaconazol es menor y más variable.

La absorción de posaconazol depende de la administración con una comida rica en grasas o suplementos nutricionales.

El itraconazol y el voriconazol experimentan un extenso metabolismo hepático que involucra el sistema del citocromo P450.

¿Cómo funcionan?

La ventana terapéutica para los triazoles es estrecha y la falta de atención a sus propiedades farmacocinéticas puede conducir a niveles de fármaco demasiado bajos para la eficacia o demasiado altos para una buena tolerabilidad o seguridad.

Esto hace que estos agentes sean los principales candidatos para la monitorización terapéutica de fármacos (TDM).

Las concentraciones del fármaco objetivo para voriconazol e itraconazol deben ser >1 μg/mL y para posaconazol >1,5 μg/mL para el tratamiento.

Se debe extraer sangre una vez que el paciente alcanza el estado de equilibrio, lo que ocurre después de 5 y 7 días de terapia con triazol.

No se requiere TDM de rutina de fluconazol dado su perfil farmacocinético altamente favorable y su amplio índice terapéutico.

El objetivo de esta revisión es brindar una breve actualización sobre la farmacología, la actividad, la eficacia clínica, la seguridad y el costo de los agentes triazólicos (itraconazol, fluconazol, voriconazol y posaconazol) y resaltar las implicaciones clínicas de las similitudes y diferencias.