¿Tu bebé tiene alergia a los gatos?

La alergia a los gatos es muy común en la sociedad, y los bebés también pueden tener este tipo de alergia, pero como padres, deberás estar atento para saber si tu amigo peludo le está causando el malestar al pequeño de la casa.

Los gatos tienen el doble de probabilidades de causar alergias que los perros. Si tu bebé sufre de alergias a los gatos, es probable que en tu familia también haya alguien con alergia al felino.

Si uno o ambos padres son alérgicos a las mascotas, el riesgo de que tu hijo desarrolle la afección aumenta significativamente.

Si crees que tu bebé podría ser alérgico a los gatos, tendrás que aprender los síntomas para que puedas tomar las medidas adecuadas y ser una mamá exitosa.

Un sistema inmune a la alergia

No es la piel de tu gato la que causa alergias, sino las proteínas que se encuentran en su saliva, orina, sudor y escamas muertas de piel, o caspa. Incluso si tienes un gato de pelo corto, también puede tener tanta caspa y otros alérgenos como las razas de pelo largo.

El sistema inmunológico en personas alérgicas interpreta falsamente la caspa y otras sustancias inofensivas como invasores dañinos.

Como resultado, el sistema inmunológico trata de proteger al cuerpo de este peligro percibido mediante la liberación de anticuerpos, produciendo inflamación en los pulmones, los ojos, los conductos nasales o en la piel.

Cuando un bebé alérgico entra en contacto con los alérgenos de los gatos, su sistema inmunológico libera más de 40 sustancias químicas, incluida la histamina.

Alergia a los gatos o resfriado común

Podrías preguntarte si tu pequeño es alérgico al gato o si lo que tiene es un resfriado común. Los síntomas de alergia a los gatos pueden incluir estornudos frecuentes, tos, picazón en los ojos, congestión y secreción o congestión nasal.

Los resfriados suelen durar de tres días a alrededor de una semana, aunque algunos síntomas pueden durar un par de semanas más.

Si los síntomas de tu bebé siguen después de ese tiempo, lo más probable es que sea alergia. Los síntomas de alergia persistirán mientras el bebé esté conviviendo con el gato.

Debido a que la caspa de gato puede viajar fácilmente a través de cualquier parte de tu hogar, tu bebé puede desarrollar síntomas incluso si el gato está confinado a otra habitación.

La caspa de gato puede circular a través de los sistemas de calefacción y ventilación, y permanecer en el aire durante largos períodos de tiempo. También se acumula en cortinas, alfombras, juguetes, peluches, muebles y ropa.

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Cuando la cosa empeora

El asma alérgica es el tipo más común de asma. Cuando tu pequeño inhala alérgenos de gato, sus vías respiratorias pueden inflamarse y producir moco espeso. Los síntomas asmáticos incluyen opresión en el pecho, tos, dificultad para respirar y sibilancias.

El asma a menudo empeora por la noche y el bebé podría tener problemas para dormir debido a la falta de una buena respiración. Durante un ataque de asma, a menudo es más difícil respirar mientras está acostado.

Evita esperar el ver si tu bebé muestra síntomas asmáticos: llévalo a un médico o a un centro de atención de emergencia de inmediato.

Los remedios herbolarios como lo que es la equinácea es un excelente remedio natural para todos los síntomas de las alergias.

El coste del contacto fisico

Si tu bebé es capaz de moverse y le encanta tocar al gato y por eso le abraza o le acaricia, entonces el problema puede empeorar. Cuando los alérgenos de los gatos entran en contacto directo con su piel, puede desarrollar urticaria, enrojecimiento o eccema.

El eccema es una afección de la piel que causa piel inflamada, a menudo con picazón severa. Los recién nacidos que viven con un gato son más propensos a desarrollar eczema que otros bebés.

En casos extremos, aparecen ampollas llenas de líquido que desarrollan costras. Incluso una caricia puede causar una reacción cutánea en un bebé alérgico.